lunes, 8 de octubre de 2007

La garita del mal

Era el despertar de Maipú. Durante años, la durmiente comuna se estancaba como un pueblito más de los alrededores de la periferia de Santiago. No obstante, el "boom" demográfico de los años noventa que se produjo en la comuna, trajo consigo un aumento en la población, y por ende, mucho más comercio y servicios que antes no tenía. En el centro del nuevo asentamiento urbano, cerca de la célebre Plaza de Maipú se estableció el paradero del antiguo recorrido 332 de las "Micros amarillas". Al poco tiempo se construyó en el mismo lugar algunas poblaciones. Así comenzó la tortura para todos esos nuevos propietarios. Se les prometió a los pobladores que con la llegada de Transantiago, esa garita sería puesta en otro lugar, pero la realidad dice otra cosa. A continuación tenemos declaraciones de una de las afectadas por este problema:







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